Estar muy ocupado todo el día no significa que estés siendo productivo. Antes de continuar, párate a pensar si lo que haces te satisface y qué tipo de vida estás llevando.
La diferencia entre estar ocupado y ser productivo
¿Vale la pena estar ocupado todo el tiempo?
Seguro que tienes temporadas en las que estás tan ocupado que casi no puedes ni respirar. Te pasas el día haciendo mil cosas diferentes, ocupándote de distintos temas y, sin embargo, a veces cuando acaba el día o la semana, te das cuenta de que tampoco has hecho nada de otro mundo, que no has sido muy productivo que digamos y te desesperas pensando que si ahora estás así, como estarías si tuvieras más clientes o más compromisos. O la segunda alternativa, que sí que estás muy ocupado y no te da tiempo ni a aburrirte pero que, en realidad, no es el tipo de vida que quieres. ¿Te suena?
Esto nos ha pasado a todos, a algunos de vez en cuando y a otros casi siempre. La cuestión es que estar muy ocupado no siempre es sinónimo de ser eficiente y acabar cosas o de tener resultados, ni de tener la carrera o negocio que de verdad quieres. Lo que es verdaderamente importante no es si estás muy ocupado o no, sino:
- ¿En qué estás ocupado?
- ¿De verdad quieres estarlo?
¿Si no estás ocupado eres un vago?
Parece que nos educan con la idea de que hay que estar siempre ocupado porque si no eres un vago. Decir que estás ocupadísimo suena y queda muy bien, pero a lo mejor hay alguien que hace lo mismo que tú con mejores resultados y en menos tiempo y la gente piensa que no trabaja.
Estar ocupado no es sinónimo de hacer un buen trabajo ni de tener buenos resultados y de hecho, en muchas ocasiones es una forma más de autosabotaje. Por ejemplo, cuando no quieres pensar o hacer alguna cosa.
Una muy buena forma de evitar hacer algo es justificarte diciéndote que tienes mucho trabajo y que ya lo harás más adelante. ¿Por qué? Por miedo a algo. Lo vas posponiendo indefinidamente y en vez de tomar el toro por los cuernos y ponerte a hacerlo, o descartarlo sin más, te excusas diciendo que tienes mucho trabajo. Aquí es donde la pregunta "¿en qué estás ocupado?" tiene su relevancia.
¿De verdad estás haciendo lo mejor que podrías hacer?. Mejor párate a pensar qué quieres conseguir y qué necesitas hacer para lograrlo, en lugar de trabajar y trabajar sin analizar resultados. Lo que importa no son las horas que trabajas sino los resultados que obtienes de ese trabajo.
Si puedes hacer algo no significa que tengas que hacerlo
Como dueño de un negocio que va bien, hay muchas cosas que puedes hacer, cosas que funcionan y que te pueden generar más clientes y más ingresos, la cuestión es si tu quieres hacerlas, casi todo el mundo diría: "¡pero claro, quien no quiere más clientes y más ingresos!" Pues depende... Si tener más clientes supone tener menos tiempo libre, tener que viajar mas a dar charlas o pasar mucho tiempo fuera dando cursos y talleres, ahora mismo quizás no quieras.
E igual ocurre en una carrera profesional. Una vez que llegas a un punto donde te ganas la vida, en lugar de seguir el "camino" que se supone que tienes que seguir, párate a pensar si de verdad quieres hacerlo, si encaja con el estilo de vida que quieres y si realmente necesitas tanto dinero, clientes o sacrificio como crees...
Lo importante es que tu tengas claro qué te motiva a ti: logros, dinero, tiempo libre... Cualquier opción es válida pero hasta que no seas consciente de lo que de verdad quieres no podrás hacer avances para conseguirlo.
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